miércoles, 24 de octubre de 2012

Suede en El Teatro Vorterix 22/10/2012

¡Alabados sean los shows que te ahorran palabras!

Ver a Suede en vivo fue el cierre de una etapa, el broche de oro a un ciclo en mi vida (mentira: faltan los Manic Street Preachers). Sin embargo es cierto que fueron muchos los años de espera, de morderse los codos por ansiedad, de pensar que no se iba a dar. De escucharlos en silencio, de llegar a pensar que era el único que los conocía para ir descubriendo gente que estaba en la misma sintonía, de rastrear sus lados B's ("Sci-Fi Lullabies", de 1997, fue de gran ayuda)... El tiempo fue tan aplastante que en el medio hubo una separación unión y The Tears, el grupo donde sus dos caras más visibles aliaron fuerzas en un proyecto bastante flojo que no estuvo a la altura. Y no me quiero olvidar del posterior anuncio de reunión, tras idas y vueltas, amagues y giros. Como sea: señoras y señores, fuimos testigos de la primera visita de Suede a la Argentina.

No fue un show más el de los londinenses. Fue, más bien, uno de los más poderosos que se hayan brindado por estos lares. Porque en vivo Suede es una banda fuerte, con energía, que no para un segundo (tras una hora y diez de tocar ininterrumpidamente sólo frenaron tras "Beautiful Ones", cuando se retiraron del escenario y volvieron para los bises) y que no apela a la demagogia (nada de tirar púas y palillos o de endulzarnos los oídos). El responsable de que esta rueda gire, claramente, es Brett Anderson, un frontman a la altura de su rica discografía pero que sorprendió por su inmenso despliegue y por su devoción a su función: ser el eje principal de las miradas. Evidentemente Brett se empapó de sus mejores mentores punks, entremezclándolo con la elegancia glam que impregnó desde la cuna.

Suelo desconfiar de las reuniones, sobre todo las de este calibre, donde no todos los miembros originales son de la partida. Y si bien la ausencia de Bernard Butler es notoria (Richard Oakes es un gran guitarrista pero no tiene el toque ala Johnny Marr de Butler), esta reunión no apela a la nostalgia, no los muestra como unos vejetes en busca de un último morlaco o un ensamble de personalidades que se odian pero que sólo buscan tu dinero. No, nada que ver. Suede vino por la gloria, brindó cada gota de sudor, tocó cada puto tema que tenía que tocar, incluso algunos de aquellos ocultos lados B's.

Cuando me pregunten "¿cuáles fueron los mejores shows que viste en tu vida?" prometo acerle un lugarcito a los ingleses. Y venciendo mis propios prejuicios, espero de manera urgente un nuevo material de estudio.

(Para enterarte de la visión leonina acerca de este show, hace click acá)

4 comentarios:

Mocker dijo...

Buenas Astilla, se ve que has estado ahi tambien. Me pareció impecable el sonido de ellos. Comenzaron un poco tibios como dubitativos ante el público que los fue a ver, pero luego se fueron soltando y mucho más al ver la gran aceptación que tenía cada tema. La verdad no faltó nada, repasaron magistralmente toda su discografia. Una noche que desperto cierta nostalgia tambien en mi. Una ya lejana adolescencia..

Saludos!

Astilla Dominguez dijo...

Mocker, qué grato tenerte nuevamente por acá!!!!!! Veo que transitamos la misma senda durante ese lunes lluvioso. Es cierto que se fueron soltando de a poco, incluso vi sus caras llenas de sorpresas durante algunos festejados por demás (caso "Trash"). La etiqueta Brit Pop les queda muy corta pero si se acuña, entonces los mejores al menos en vivo. Abrazo!

Mauro dijo...

Te banco astillex, pero es suede, no acdc con bon scott en el 76 tocando en un suburbio londinense

Astilla Dominguez dijo...

Justamente no estamos en Londres, sino en Buenos Aires, y no estamos tan acostumbrados a ver este tipo de recitales, encima casi veinte años más tarde que el apogeo del artista en cuestión!